Dios como Suegro
Vino casi como una advertencia, y francamente, necesitaba una en ese momento. Era un esposo joven, y durante un intenso tiempo de oración, sentí que Dios me decía directamente que Lisa no era sólo mi esposa, que también era Su hija y la debía de tratar como tal. Fue un momento de revelación para mí, y la fuerza de esta visión creció cuando tuve a mis hijos. Si quieres ver mi lado bueno, sólo se bueno con mis hijos. A la inversa, si realmente me quiere ver enojado, toma a alguno de mis hijos y maltrátalos. Mi presión sanguínea aumentará incluso al escuchar tu nombre, porque prefiero que te metas conmigo a que te metas con alguno de mis hijos. Entonces, cuando me di cuenta que estaba casado con una hija de Dios (y luego tú, mujer, con un hijo de Dios) la manera en cómo veía el matrimonio cambió. Dios siente por mi esposa (Su hija) una manera más sagrada y pasional que yo sentiría por alguna de mis hijas. De repente, mi matrimonio no era má...