El cine


El cine.

Me gustaría que la iglesia se pareciera a un cine…
No me he vuelto loco ni nada por el estilo, me gustaría porque he encontrado tantas cosas que me hacen preguntarme una y otra vez, porque tanta gente visita una sala y no una iglesia.

Según datos ofrecidos por el IMCINE en el año 2019 los mexicanos compraron 350 millones de entradas al cine, esto quiere decir que al menos todos los mexicanos vimos poco más de 3 películas en el año en una sala de cine, en una población de casi 131 millones de habitantes esto es muchísimo. 

Somos el 4 lugar a nivel mundial en visitar una sala de cine. Solo por detrás de los Estados Unidos, China y la India.

35 de esos 350 millones de visitas, fueron para películas mexicanas. 

Y me vuelvo a decir a mí mismo; como me gustaría que la iglesia fuera como el cine.

• Investigas y ves que película es la que más te interesa, y no te importa mucho su clasificación. 
• Llegas temprano para encontrar buen lugar. 
• Pagas lo que sea necesario y te formas para poder entrar. 
• No te importa pagar 100 pesos por esas palomitas que bien te pudieron costar una fracción si las hicieras tú en tu casa. 
• No te importa esperar a que la película empiece, no importando que existan más de 30 minutos de comerciales. 
• Y aunque la sala es acogedora, tu asiento es cómodo y tienes clima para evitar sentir bochornos cuando es verano y frio cuando es invierno, tú permaneces atento a todo lo que pasa en la pantalla, sin dormirte.
• Apagas tu celular o lo pones en silencio, para no molestar a los demás y para que nadie te distraiga de ver tu película. 
• Si tienes ganas de ir al sanitario, prefieres aguantarte a perderte algo.
• No te importa la hora a la que termina; es más si dura más de 3 horas para ti es mejor. 
• Al salir no te preocupa que ya sean altas horas de la noche, piensas que la peli bien valía la pena.
• Sales tan motivado, que si era una de acción te sientes el héroe de la película. 
• Al día siguiente a todos los que conoces les recomiendas ir a verla, y comentas cada detalle bueno de la misma, haciendo que otros así como tú vayan al cine. 
• Es más te ofreces a verla dos veces, con tal de comprobar lo que les has dicho a tus amigos. 

¿Ahora comprenden porque digo que me gustaría que la iglesia fuera una sala de cine?

En cambio, la gente a la iglesia va de la siguiente manera:

• A la iglesia no vas porque dices que solo se habla del infierno, siendo que el predicador quiere evitarte a toda costa que tú lo conozcas en persona.
• Si vas, llegas tarde con la esperanza de llegar al último. 
• Te niegas a dar ofrenda o diezmar, porque dices que es un robo y pura sacadera de dinero. 
• Cuando compras el talento, se te hacen caros los taquitos que una hermana hizo con mucho esfuerzo y te da dolor pagar 20 pesos.
• Te impacienta que el predicador lleve 30 minutos, y observas repetidamente el reloj esperando a que ya termine. 
• Y aunque la banca no es de lo más cómoda, empiezas a sentir que entras en un profundo sueño. 
• Se te olvida apagar el celular, y cuando suena, toda la congregación se da cuenta. 
• No lo piensas dos veces, si al empezar la predicación te dan ganas de ir al baño, lo haces y te tomas tu tiempo. 
• 1 hora se te hace una eternidad y te comienzas a sentir inquieto, y quieres salir corriendo de aquel lugar, o tu mente esta en otro lado. 
• Al salir del servicio te sientes molesto y sin motivación, porque según tú, crees que es muy tarde y te perdiste, o toda la mañana o gran parte de tu tarde, siendo que aún hay gente por las calles, y resulta ser muy temprano todavía. 
• Sales tan molesto, que te olvidas de  todas las cosas que el predicador dijo, y las hechas en saco roto. 
• Al día siguiente, no le quieres decir a nadie que fuiste a la iglesia, y evitas decirle a tus amigos que estuviste en una; es más mucha gente que te conoce no sabe si quiera que eres cristiano. 

Me gustaría que la iglesia fuera un cine, porque si todo lo que hiciéramos por estar en un cine, lo hiciéramos por estar en una iglesia, tendríamos a gente motivada, dispuesta a compartir las buenas nuevas de salvación a otros. Pero en cambio, tenemos a mucha gente que solo comparte lo buena que estuvo la película que vio anoche, siendo que el momento mas importante del mundo sucedió hace mas de dos mil años con Cristo dando su vida por ti y por mí. 

¿Qué le dirás cuando estés en su presencia?
¿Que la iglesia no era igual de entretenida que un cine y que la verdad a la iglesia solo ibas porque te llevaban?

Y en aquel lugar al ver tu realidad, le pides que te perdone y olvide todas aquellas cosas de las que estabas tan equivocado…

Amigo, su palabra nos enseña que el Señor te dirá no te conozco, porque tuviste tiempo y preferiste estar en una sala de cine; a pasar tiempo conmigo en mi casa. Si este día fuera mi último, preferiría mil veces mas, estar en su casa, que en otro mas. 

Pastor: Marco Antonio Rodríguez R.

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